
La manteca de karité es un potente aceite regenerador celular 100% natural. Hidratante, nutritivo. Suaviza el rostro y el cuerpo previniendo los signos de la edad y aportando vitalidad y luminosidad, tanto al cutis como al cabello. Ayuda a proteger a la piel de rayos UVA y UVB, de la manera que lo hace un protector solar antes de tomar el sol y como lo haría el mejor de los after sun después de exponer la piel a los rayos, haciendo que el bronceado conseguido dure más tiempo. Protege a la piel del sol, del aire y del frío.
Provee a la piel de una barrera que evita deshidratación y protege de las agresiones del clima, de la polución etc. La manteca de karité es muy efectiva regenerando pieles envejecidas, resecas, deshidratadas, irritadas y con color apagado. Es uno de los más efectivos anti edad de la naturaleza.
Previene la aparición o formación de estrías y durante la lactancia evita que se formen grietas en los pezones. También previene que la piel del bebé se irrite por el roce de prendas de vestir o dermatitis de los pañales
Es muy útil para tratamientos de labios cortados por el frío. Les aporta brillo y volumen. También, cuando la nariz se torna roja o se descama por efecto de los pañuelos tras un resfriado o alergias. La manteca de karité aporta un efecto de seda a la piel. La hidrata y la deja tersa y suave. Un poquito de manteca de karité en una cajita en el bolso puede ser un perfecto aliado.
Da elasticidad en codos, rodillas, dedos de los pies, talones y uñas. En unas dos aplicaciones, suaviza y repara las callosidades.
La manteca de karité cuida del cabello dándole suavidad, brillo y volumen. Lo cuida del efecto de los rayos UVA y UVB. Los regenera, cierra sus escamas y restaurando su estructura capilar. Puede utilizarse en pequeños toques sobre el cabello secado con secador. Protegerá las puntas de abrirse.
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